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un día peronista

Hoy me desperté en Córdoba, ya con horario nacional y sin apresurarme mientras me duchaba
recordé que mi madre me había comentado que hoy en la plaza se hacía un acto vecinal del bicentenario.

Aproveche la oportunidad para acercarme a la plaza que ya llevaba casi veinte años sin pisar
y me encontré con vecinos que no reconocí, cantando el himno bajo una nueva bandera que acababan de izar.

Mi madre, por supuesto no estaba, se había quedado durmiendo. Mientras veía
todo en mi alrededor, una pequeña bronca brotó de mi al ver la virgen erigida en la plaza
donde supimos jugar miles de partidos y desgranar eternos días adolescentes.

Sin embargo al girar y mirar cada rincón, cada pared con grafittis, el tobogán oxidado,
los canteros vacíos y los viejos álamos pelados, me quedé con una alegría y por eso estas líneas, por recuperar por
el espacio donde comenzó todo.

Perdón por esta nostalgia vecinal, en un este día peronista.